De tierras mañas, de Zaragoza, participará en el Jurado del Campeonato de Euskal Herria de Pintxos, Josechu Corella, del restaurante Bal d’Onsera (valle de los osos en aragonés) que es considerado el alma de la cocina aragonesa, la de ayer y la de mañana.
No se cría entre fogones pero lleva la cocina en la sangre. Su escuela son los libros y el respeto a los grandes. Trabajando en El Foque, Madrid, cae en sus manos “El sabor del mediterráneo” de Ferrán Adriá, que emplea agua de mar para cocinar. Un discípulo suyo, Sergi Arola, tiene restaurante en Madrid, La Broche. Se presenta y entra como cocinero.
Durante los siguientes cinco años, pasa por El Bulli, Zuberoa, Akelarre, Las Torres, Arzak y Martín Berasategui.
Regresa a Zaragoza para trabajar en distintas cocinas hasta que se decide a abrir un restaurante en El Tubo con Karmen, su mujer, también cocinera. Nadie les daba más de seis meses. Tres años después, en diciembre de 2008, consigue su primera estrella Michelín. Y otros tres después, el Sol Repsol.
En 2010 representó a la cocina aragonesa en la Expo de Shangai. Los mismos críticos que habían calificado a Aragón como la “España profunda de la gastronomía”, visitaron y puntuaron con un sobresaliente a su restaurante.
Imparte clases magistrales allí donde le llaman y dedica gran parte del poco tiempo que le queda a la cantera de futuros profesionales de la cocina, que mima y fomenta en Aragón
De manos de Corella, la cocina aragonesa recibe un soplo de aire fresco. Siente predilección por alimentos autóctonos como la borraja, la trufa, el aceite de oliva, frutas y hortalizas, que trabaja de la forma más honesta, manipulándolos lo justo para mantener su esencia y ofrecer platos saludables, sabrosos y diferentes.